martes, 24 de mayo de 2011

CONTINUACIÓN...




EL MUNDO DESPUÉS DE FACEBOOK (Segunda Parte)

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El yo facebookeano.


El Facebook es una nueva lectura y escritura de lo cotidiano. Es un espacio ya lleno de significado en sí mismo. Podríamos decir que es un dispositivo, un dispositivo discursivo (si tenemos a Foucault y a Deleuze presentes), un dispositivo donde hay elementos lingüísticos y no lingüísticos, que aunque se establecen desde un lugar innegablemente especular produce modificaciones en el discurso.
Por ejemplo, podemos decir que Facebook es un lugar, y lo decimos así, porque ya tiene una instancia física en nuestro lenguaje, “búscanos en Facebook”, “te veo en Facebook”, “actualizaste tu Facebook”, “te vi en Facebook”… etc. En este lugar se ha discutido lo que se llamarían también las Políticas de Privacidad, pero esto ha tenido cierta evolución…y es que en los comienzos se inventaban los nicks, y se cuidaba muy bien no dar ningún dato que permitirá el contacto entre los que socializaban. La cuestión era la de conocer gente de la que no se sabía nada previamente.
Ahora se construye un sims o avatar, una identidad virtual que trata de unir ficción y realidad, de buscar en recursos imaginarios para representar eso que yo creo que soy, sabemos que el yo no es más que una ficción contenida en el lenguaje de igual forma.

Hasta aquí, entonces, no hay diferencias con los otros espacios de intercambio social, por ejemplo un pasillo del trabajo o la escuela, donde encuentro gente conocida, gente amiga, y dependiendo del tipo de relación, evalúo qué quiero mostrar de eso que creo que soy y a quién. No se trata de cualquiera, se trata de los que se eligen y de las prácticas de privacidad, que como en lo cotidiano, deben administrarse y se hace usando la misma ecuación clínica que he usado para relacionarme con el Otro y con los otros, ya sea mi neurosis, mi perversión, o mi psicosis.
Facebook cambió las reglas ahora, (insisto en su paradigma, no en su originalidad, tal vez hubo otras páginas antes). Hoy ha cambiado la dirección de esta identidad virtual y el anonimato es justamente algo no aceptado en los códigos de interacción social virtual. Insisto en el termino interacción, que hay que separar del sujeto espectador, que consume desde otro lugar estos medios web.
La cuestión es que ya no es la masa del número anónimo, en el que soy uno más, sino el narcisismo de mostrar quién soy, a los otros, masivamente.
En el desarrollo de esta nueva identidad virtual, los mismos otros, pequeños pares imaginarios, llamados usuarios, se regulan en vías del Yo Ideal. Incluso podría decirse que la personalidad virtual es tan utilitaria a la vida cotidiana en la actualidad, que el tener múltiples personalidades virtuales u otros casos así, ya dejan entrever sintomatologías censuradas también por lo social.
Lo que descubre Facebook, aunque no es algo nuevo, es el goce de ser leído, la sensación que somos aprehendidos por el otro y qué esto nos da un ser, una identidad, de allí que las aplicaciones más usadas, (que son pequeños sub programitas que tienen alguna temática) sean aquellas que te definan o representen…. Mi favorito se llama Divan el Terrible.
Es decir el fenómeno de masas en Facebook, es el del narcisismo imperante de la época. Es la búsqueda incesante de encontrar en lo que lee el otro de mí, eso que me dirá quién soy.


Tenemos que además esto se da a partir de imágenes, son todas imágenes. La imagen vino al lugar de la cosa, ya no es la palabra, esa que se escribe o se inscribe, sino que es el triunfo de la visión frente a todos los demás sentidos, es la cosificación de lo visual, igualmente esto como decía Freud, en el Malestar en la Cultura, no me da a pensar que hay garantías que los tiempos anteriores eran mejores…. ¿o acaso la cosificación es exclusiva de la era tecnológica?
Pero miremos las particularidades de la época, Facebook las encierra todas: En esta nueva economía psíquica el sujeto pretende obtener el placer inmediato, las relaciones son efímeras, hay respuestas a cualquier pregunta, aún a la no hecha. Pero por otro lado se comparten ideas, creaciones, libros, gustos, proyectos propios, y esto incrementa las vías de la creación también.
Tenemos claro que no se trata del deseo en todos los casos, sino que es más bien un artilugio más que hace el sujeto, para procurarse el alivio o la aligeración de las frustraciones de la vida, para evadir la angustia o la insoportable verdad de no tener ningún sentido, al igual que lo es el arte, la religión o las toxicomanías. Pero a sabiendas que Facebook ofrece algo más, que no es sólo lo lúdico o el carácter de distracción y comunicación, sino la posibilidad de construir una identidad virtual que socializa, aún a los menos talentosos...o creyentes.
La información que cuenta
En el libro: “¿Por qué las mujeres escriben más cartas de las que envían?” del colega Darian Leader, él plantea que la diferencia entre los hombres y los animales no es solamente la capacidad de cognición, sino "que solo los humanos son los que habitualmente giran hacia otro humano para preguntarle ¿Qué estás pensando?". Pues Facebook nos lo pregunta desde su inicio.
Y es que Facebook refleja el problema del amor, como lo hace todo fenómeno masivo, como nos lo decía Freud en Psicología de las Masas:
"(…)los vínculos de amor (o expresado de manera más neutra, lazos sentimentales) constituyen también la esencia del alma de las masas...Lo que correspondería a tales vínculos está oculto, evidentemente, tras la pantalla, tras el biombo, de la sugestión. Para empezar, nuestra expectativa se basa en 2 reflexiones someras. La primera, que evidentemente la masa se mantiene cohesionada en virtud de algún poder. ¿Y a qué poder podría adscribirse ese logro más que al Eros...?"



El Eros de Facebook, se enmarca bajo la cifra. Toda su información se convierte en una estadística, una estadística del amor: cantidad de amigos, de etiquetas, de comentarios….
Nosotros analistas estamos allí convocados, a convertir a la cifra, al dato cuantitativo en chiste, en comedia. Freud nos propone esto como vía del amor…y además de traer el componente, que con la cifra y la pantalla de la sugestión pierde dimensión espacial: el cuerpo! El cuerpo ahora tendrá otro estatuto, el de aquel que viaja con Facebook 24 horas al día en su Blackberry, el de aquel que tendrá un elemento más del yo que lo invista, el virtual.
Sabemos que sacar al cuerpo, el de la materialidad, de la ecuación del Eros, es el cambio radical más fuerte de cualquier subjetividad.
Pero por ello ha dejado de existir la libido que allí habita? Jamás!!! eso lo tenemos claro, esa es la diferencia radical de nuestra clínica, sabemos que la libido no se elimina, sólo sus vías cambian.
Los modos de la pulsión y los modos de tratarla por los sujetos han cambiado, las brechas generaciones nos dan cuenta de esto, como lo serán las revoluciones que se avecinan en el orden de la educación, de los códigos en las relaciones, de los nuevos síntomas que ya no serán más nuevos…sino que habrán otros, y es nuestro trabajo estar alertas y calcular lo incalculable, no en el orden de la cifra sino en el orden del amor.

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