jueves, 22 de septiembre de 2011

Prejuicios 2.0 Lo real y lo virtual.


Uno de los criterios que más causan polémica acerca de la virtualidad e internet, es la escisión que puede causar tener "dos vidas paralelas: el que se "es" por internet, sea por redes sociales, chats, etc. abstraido del cuerpo y el que se "es" en la realidad, el que posee el cuerpo.

Consideramos a la virtualidad como un alter ego. Es el primer concepto que tenemos de ello. Pensemos algo más sobre esto: la palabra alter ego, viene del latín y significa "otro yo", y se asocia a lo que comúnmente en psicología o psiquiatría se llama Trastorno Disociativo, (aparece así en el DSMIV)

No quiero ser reduccionista con este aspecto clínico, así que aclaro que estoy subrayando la patologización común de la virtualidad, y tomo la definición de Trastorno Disociativo como la "desconexión del yo de aspectos centrales de la experiencia"

1º prejuicio: La virtualidad no es real, la realidad no es virtual.

Nos dan dos pistas entonces, el alter ego es un trastorno de la identidad. Por ende, la identidad se trastorna de lo que alguien o algo estipulo como normal.

Cómo se estructura la identidad? la identidad tiene que ver con algo de verdad?

Pues no. Es famoso la conocida frase "conocerse a sí mismo" y es ciertamente muy aplicable pues la idea es que uno no se conoce, uno cree que se conoce, que conoce esa identidad que cubre el cuerpo en el que nos movemos diariamente. Ese "es" o "si mismo", es lo que intentamos descubrir todo el tiempo.

Recuerdan el famoso juego terapéutico que sale en algunas películas sobre "quién eres", pregunta el terapeuta, "soy Angela" respondo, en este caso... "ese es tu nombre pero quién eres?", "soy una psicóloga", "eso es a lo que te dedicas, pero quién eres?"... y asi sucesivamente sin llegar a una respuesta más que la del terapeuta que dice (y con gesto de éxito) "exacto, tienes que saber quién eres".

Lo que ha descubierto este juego (ya un cliché), es que luego de levantar capas de lo que forma una  identidad, como el nombre, la nacionalidad, los gustos, la profesión, etc... no quedan palabras. (tal vez la de soy un mamífero parlante, pero no suena bien) . En el trasfondo de la cosa, no hay nada.No somos nada, y esto es un poco insoportable de entender.

 La identidad es una construcción, es un abrigo que nos ponemos, la identidad es imaginaria, es ficticia y necesaria.

La identidad se construye como el primer eslabón para ser sociable, primero me identifico a un cuerpo. Este cuerpo que es mío, lo llevo puesto. Lo puedo querer mucho o poco, pero se reconoce como propio (sino es así estamos en el campo de la locura). Ahora bien, eso también es una ficción, pues la imagen del cuerpo propio que yo tengo no tiene que ver con la que es en realidad, a quién no le ha pasado que al mirarse en una serie de espejos, esos que te dan la idea de vista panorámica de ti, se sorprende porque la imagen no corresponde con la que se tiene diariamente de si mismo? o cuando escuchamos nuestra voz en alguna grabación o vídeo sentimos esa extraña sensación de que no somos eso...



Este cuerpo al que nos identificamos le agregamos cosas, sentimientos, historias, también nos identificamos a los otros ya sea por similitudes, o por vínculos de acuerdo a escenarios, familia, amigos, compañeros de trabajo, maestros, etc.

La identidad entonces es una ficción, algo que se construye voluntaria e involuntariamente. Hacemos de nuestro ser una especie de "avatar", que según la wikipedia, se denomina así a "una representación gráfica generalmente humana que se asocia a un usuario para su identificación...".

El avatar de nuestra vida se diferenciaba del virtual o el de internet porque al construirlo nos dabamos cuanta que nunca llegaría a ser lo que realmente queríamos o ahnelabamos ( por ejemplo mi avatar debía ser de un metro ochenta y medidas perfectas, o tal vez debía saber idiomas, pero mi avatar de la vida real no cumple ese ideal que me hice de él). Me refiero en pasado, cuando digo se diferenciaba, porque el tiempo de internet de hoy, es muy distinto del el de ayer.

Cuando apareció Internet, la virtualidad se prestaba masivamente a crear una nueva identidad, una que pudiera cumplir con ese Ideal, con esa personalidad idealizada. Se podía ser quien se quisiera y a los fines diversos, gracias al anonimato o a los seudónimos, o nicksnames. No es algo muy distinto de los escritores, actores, o todos aquellos que creaban personajes, sólo que ahora no requería mayor talento pero si algo de la tecnología.

Ese  avatar virtual el del Ideal, tuvo un tiempo de vida ya caducado en su mayoría. Ahora hemos llegado a un tiempo, en el que el anonimato no es lo que se impone, por ejemplo. Ahora se rechaza el anonimato y por el contrario el empuje actual es a que te conozcan. El facebook y otras redes se sostienen por el hecho de poner datos personales: fotos, gustos, frases, ideas, enlaces, saberes y la conexión de esos contenidos con otros. Es en general más bien, un refuerzo o una extensión de lo que llamamos identidad, que es ficción igualmente tanto en el afuera como en el  internet.





La virtualidad hoy en día hace parte lineal de la identidad, como la nacionalidad o el estilo de la ropa, cada vez más los "usuarios" usan las herramientas virtuales para relacionarse como lo harían en el afuera.

 Usan por ejemplo una personalidad (o perfil) laboral para la red Linkedin, una personalidad social para el  Facebook... y es que  ¿somos los mismos y nos comportamos igual en nuestro trabajo y en nuestra casa? no lo creo. Al igual que tampoco en  Facebook exponemos nuestras cuitas o fallas personales amenos que nos sea imperante, en un pasillo del trabajo o en una reunión social tampoco lo hacemos.

Es para mi un prejuicio descartar la virtualidad por no considerarle "real". Porque lo que creemos como real tampoco lo es.
Podríamos mejor iniciar un debate sobre si la tendencia de la virtualidad es hiperrealista y este es el problema, el porqué los video-juegos más vendidos son aquellos que traen historias de la cotidianidad, si en lugar ya de ser fantasioso lo que hay en la red, cada vez tiende a ofrecer una realidad más real que la real, si se quiere. Eso es interesante de debatir, pero creo que el meollo del asunto es pensar que  las redes sociales, del mundo 2.0 pueda crear una disociación subjetiva, o que las relaciones virtuales no logren en algún momento cruzar al cuerpo, o una experiencia de contacto no superflua.

La cuestión es que la realidad es una construcción, tanto individual como social,es  inconsciente y consciente, cultural, etc. y se presenta en diversos escenarios: el laboral, el social, el educativo, el familiar y entre ellos el virtual, y como todo también tiene síntomas, y también hay locuras, y si es cierto, tal vez haya alguno que se crea Mr. Hyde, pero nunca es la mayoría.

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