martes, 29 de marzo de 2011

El Psicoanálisis como Gadget



Argentina es el país del psicoanálisis, existe 154 psicologos cada 100 mil habitantes (La Nación, 29/03/2011). Llevo ocho años en el país, me he formado en la Escuela de la Orientación Lacaniana, en el Hospital Alvarez, en la UBA, he asistido a congresos, seminarios y he trabajado durante muchos de esos años ad honorem. Un concepto que no se conoce en mi país, salvo como voluntariado y tiene tintes caritativos, jamás asistencial.




Luego de este tiempo de escucha, he encontrado que más que una tradición teórica y clínica, el psicoanálisis en Argentina se convirtió en un gadget para si mismo. Es curioso dicha paradoja, pues cuando hablo acerca de Facebook o de las consecuencias de los nuevos dispositivos discursivos como en 2.0, muchos lo remiten exclusivamente a un elemento del neocapitalismo, pero no se hace una revisión sobre el psiconalisis como objeto mismo de mercado.




Existen infinidad de centros de formación Psicoanalítica que proponen además derivaciones clínicas, dado que la competencia es tal, que la oferta superará siempre a la demanda. Estos centros "no lucrativos", cobran por la formación a próximos psiocoanálistas que abriran sus propios centros.




He estado en congresos donde aplauden como fans de algún grupo de rock a psicoanalistas franceses, quienes eminencias, no lo niego, vienen a promover algún tema anual, en particular, alrededor del cuál se haran seminarios también y se escribiran libros y durante ese tiempo todo el recorrido análitico sobre la clínica de ese momento (los diagnósticos por ejemplo) se hará bajo esos temas ya establecidos.




Partamos de la base que el Psiocoanálisis se propone como una salida al Discurso Capitalista. Es decir, propone reconocer el deseo del sujeto y ponerlo al frente, un deseo único para cada uno, y no uno que venga del Otro, el Otro del consumo, el de la alienación. El gadget esta allí como un objeto del mercado que le dice al sujeto, esto te colmará, pero que en lugar de eso, crea una nueva necesidad para consumir otro gadget o el mismo una vez más, y así infinitamente, es lo que Lacan llama el Superyó imperativo, ese que pide insaciablemente placer y no se colma con nada...




Entiendo esto sobre el Facebook, de alguna manera y no radical, la comparto...pero entienden esto los psicoanálistas sobre el psicoanalisis? Entienden que también hay un goce de la palabra superyoica, que en general son los mismos significantes que se repiten una y otra vez y que dan la misma sensación de identidad a los psicoanálistas que muchos otros medios.




El psicoanálsis no es un gadget en si mismo, es una revolución, es la emancipación, pero muchas veces es tomado así porque hace parte de un contexto social innegable.




Facebook es una revolución, porque aunque es un gadget en si mismo, ha mostrado una transformación subjetiva y una nueva reconfiguración de los vinculos sociales con un alcance incalculado y si no, habría que preguntarle a Egipto.